TECNOLOGÍA Y NATURALEZA HUMANA
Escrito por Radio Pedagogica el 28 de mayo de 2020
Autores: Diana Carolina Romero y Carlos Rodríguez
Directores programa Conciencia y Tecnología.
La larga historia de la humanidad ha estado atravesada por distintos discursos y elaboraciones, las cuales parecen tener dos campos importantes de batalla; en algunas épocas el énfasis se ha hecho sobre el espíritu y en otras sobre el cuerpo. Lo cierto es que ni una ni otra pueden omitirse. Lo humano sólo puede ser entendido y discutido cuando se hacen conscientes ambos elementos y son componentes o caras de una misma moneda. No es posible el pensar sin un mundo material que lo sostenga, y a su vez la mera materialidad no logra ser suficiente para dar sentido a la existencia; a pesar de ello, hay esfuerzos por negar uno u otro.
Lo mencionado se ha convertido en un campo de mayor discusión y estudio en las últimas décadas. El siglo XX caracterizado por un crecimiento enorme en el conocimiento, la ciencia y la técnica, se vio abocado a profundas transformaciones en el modo del pensar y en las maneras de relacionarse con el propio cuerpo. Los procesos que acompañan el crecimiento de la medicina, implicaron poner mayor atención a los cuerpos, no sólo a los que están inmediatamente relacionados con la enfermedad, sino a aquellos que buscan ser entendidos como bellos y armónicos. A principios de siglo la anestesia desplazo al dolor, y con ello se silenciaron los cuerpos y su relación inmediata con la materialidad. Las consecuencias son enormes y aún no se han determinado en su totalidad.
Poco tiempo después, la química y sus derivados en la farmacéutica han permitido conservar y prolongar la vida. De tal forma, que la muerte se hizo cada vez más lejana y por ello mismo se convirtió en asunto de lugares especializados, esto es, ancianos y hospitales. El alejamiento dio paso una interesante consecuencia, esto es el paulatino triunfo de la noción de juventud, y con ello la construcción muy particular de los cuerpos. Si en períodos precedentes el anciano era considerado como un centro de poder y conocimiento, el mundo contemporáneo ha venido privilegiando a los jóvenes, pero no en tanto sujetos de saber, sino en su atractivo corporal. No es gratuito el éxito de Peter Pan y de Lolita, dos de los elementos que permiten hacer especifico lo que se ha venido mencionado. Así, el cuerpo estilizado, limpio, equilibrado, gimnástico se fue imponiendo en la sociedad, y con ello un sin numero de nuevas formas y modos del cuidado.
No se trata de un cuerpo para y por el trabajo, es otra cosa la que está allí en juego, son cuerpos prediseñados por una idea particular de belleza y de atracción. Modelos establecidos que son promovidos por los medios de comunicación de masas, y que de alguna manera obligan a las sociedades a comportamientos, diseños y gastos muy específicos. Esto implicó el nacimiento de la medicina estética, la modificación consciente del cuerpo, para que se acomodara a los parámetros esperados por el consumo social. No es un asunto que se refiera de manera exclusiva al mundo femenino, o que este centrado en una clase social en específico, se trata de un fenómeno generalizado, y que ha permitido conectar la medicina, la tecnología y el deseo. Se podría decir que se trata de una época donde el cuerpo intervenido, prediseñado se hace patente en la realidad continua de los sujetos, y donde ellos dirigen sus esfuerzos por responder a esa presión social.
La época está marcada, en este campo en específico por acciones dirigidas al cuerpo, así el tatuaje se ha convertido en la segunda piel de muchos, las dietas en el modo adecuado de la ingesta del alimento, el gimnasio en un espacio indispensable, el ejercicio en la actividad cotidiana o semanal, y finalmente, la operación estética en la realización de la personalidad. Un afán de reconocimiento corporal esta marcando las sociedades, y ello se advierte en una industria descomunal, que mueve a diario millones de dólares, y que se hace indispensable en los balances de pagos y en el mundo de los centros comerciales y de consumo.
Por ello, pensar en esa relación es entender que el mundo de la técnica y de la tecnología no descansan sólo sobre lo artefactual, sino que se encuentran directamente relacionados con el comportamiento social y los modos del reconocimiento. Las discusiones que se pueden suscitar y la bibliografía existente son amplios y no se pudieron abordar de forma total en el programa, pero si fue posible la provocación al pensar. Sin duda, una de las funciones de este programa es poner algunos énfasis en los asuntos contemporáneos, y desde allí inducir a la reflexión y discusión. Volver sobre el yo construido, y las implicaciones de la ciencia y la tecnología en la cotidianidad.