A lo largo de nueve páginas, los profesores señalan la agobiante situación financiera en que se encuentran las universidades estatales del país. La muestran con cifras y detalles, enunciando también todo lo aportado por las IES Estatales a pesar de su crisis. Indican, por ejemplo, que “más de la mitad de la población estudiantil que cursaba carreras técnicas, tecnológicas o profesionales en 2017, lo hizo en IES estatales que solo corresponden al 28% del total de IES del país”. Así mismo, señalan su crecimiento: “en 2004, las universidades públicas recibían 365.085 estudiantes en 1078 programas de pregrado y hoy reciben 576.393 en 1445 programas. De 320 maestrías y 45 doctorados que se ofrecían en 2004, hoy se desarrollan 795 programas de maestrías y 205 doctorados con un porcentaje de crecimiento que en el último caso supera el 355 %”.
En debate con el Programa Ser Pilo Paga y su posible reedición advierten, entre varios argumentos, que “la matrícula en Educación Superior que soportaron las instituciones oficiales durante los años 2014 a 2018, según el MEN, pasó de 1.142.084 a 1.241.790 estudiantes, es decir, un total de 99.707 nuevos cupos: más del doble (2.5 veces más) de lo aportado por el PSPP, pero sin financiación adicional, sin créditos beca”. Igualmente, que “el valor de las cuatro cohortes del PSPP, para cubrir 40.000 estudiantes, es similar a las transferencias que la nación entrega hoy a las universidades estatales para atender más de 620.000 estudiantes de pregrado, 795 programas de maestría, 205 doctorados y varios colegios en educación básica y media al año”.
Los profesores cierran su comunicación con una clara preocupación por la manera como avanza la aprobación del Presupuesto General de la Nación sin incluir adición alguna para la Educación Superior Pública, y con un llamado para atender de manera urgente siete requerimientos que constituyen las necesidades más sentidas de sus comunidades universitarias: “es hora de vislumbrar opciones que favorezcan la ampliación de cobertura con calidad a través del fortalecimiento de la oferta estatal que las universidades públicas representan. El diálogo y la concertación están al orden día”
A los firmantes, probablemente se sumarán más profesores de otras universidades al momento de declarar la hora cero.