EXPOSICIÓN: “Treinta años de la serie pictórica América, magia, mito y leyenda”

Escrito por el 11 de diciembre de 2019

Fotografía   1. Publicidad de la exposición. Esta imagen fue tomada al maestro en el año de 2016, es muy especial ya que fue el último trabajo de gran formato, en óleo sobre lienzo de 120×120 cms, el cual se encuentra en el departamento de Nariño y se titula Del Aire, Del Agua, De la Tierra. 2019

 

 

Escrito por Mauricio Giraldo.  Coordinador de experiencias y contenidos. Planetario de Bogotá.

Leidy Marcela Bravo Osorio. Profesora Universidad Pedagógica Nacional. Grupo de investigación Enseñanza de la biología y diversidad cultural.

 

Durante el mes de noviembre del año 2019, ocho obras de la serie pictórica: América, magia, mito y leyenda, del maestro Alfredo Vivero Paniza (en lo consecutivo Al.vivero) se presentaron en el Planetario de Bogotá, para unirse a la celebración de los cincuenta años de este emblemático lugar de la ciudad. Los expositores tenían, entre otros, el objetivos de “hacer en un llamado a reconocernos en esa América Profunda –Abya-yala– que seguimos siendo”.

El maestro Al.vivero, nació en 1951 en Corozal (Sucre), estudió arquitectura en la Universidad la Gran Colombia y dedicó más de 40 años a la pintura, arte plástica, escritura y conocimiento de la América profunda. Falleció en Bogotá en el año 2016. Su obra, que sigue siendo vigente, nos invita a reconocer nuestras raíces, a seguir siendo los frutos, flores y semillas que perduran en el tiempo y el espacio.

Son varios los motivos que justifican exponer la obra del maestro Al.vivero en el Planetario, uno de ellos que, en el año 1989, el maestro realizó la primera exposición de esta serie, en lo que era la galería Santa Fé, ubicada para entonces en las instalaciones del Planetario. Lo que significa, hoy en día, una doble celebración: cincuenta años del Planetario y treinta años de la primera exposición de la serie: América, magia, mito y leyenda, que además se suma a la celebración del mes de la interculturalidad, que el planetario ubica en el mes de noviembre. Un mes para reconocer e intercambiar diversos saberes y conocimientos sobre el cosmos.

 

Fotografía  2. Taita Isidoro Jacanamijoy, visitando la exposición. Esta obra se titula soplo de vida. 2019

 

Estar frente a la obra del maestro, observar cada cuadro nos da la posibilidad de vernos hacia dentro, de re-conocernos en la diversidad de colores, matices y texturas. En las profundidades de los cuadros escudriñamos el talante de nuestro ser amerindio, la posibilidad de curarnos para curar el mundo, a través de la renovación de memoria de aquello que venimos siendo y que a su vez constituye la utopía para nuestro caminar.

Es la posibilidad de construir en el Planetario un diálogo entre diversas formas de conocimiento del cosmos, lo cual incluye, la puesta en escena de diversas sensaciones, emociones, trayectorias académicas y experiencias de vida. Orientadas hacia la lectura de la obra, lo que en la práctica se convierte en un ejercicio de co-creación de la obra y sus sentidos. Configurándose el Planetario como un espacio de encuentro entre diversas culturas, donde sus conocimientos hacen parte de la puesta en escena.

 

Exposición

 

 

Fotografía  3. Recorrido guiado

 

 

Fotografía  4. Creación colectiva talleres franja familiar.2019

 

 

El acto inaugural se realizó el sábado 09 de noviembre, en donde el público pudo interactuar con la obra, con los amigos y familia del maestro. Un espacio que inició con un conversatorio liderado por María Fernanda Batanero y Doris Jacanamijoy (Mujer Inga del Alto Putumayo), en donde cada participante fue tejiendo su palabra a partir de los espacios compartidos con el maestro Al.vivero, con la obra y sus diversas trayectorias.

El cierre de la inauguración estuvo a cargo de los hermanos Pachulcan, quienes realizaron una armonización del espacio a través de sonidos de la selva, de la montaña y del río. Recordando que el maestro Vivero es parte del grupo musical Putumayo y que, la serie pictórica América, magia, mito y leyenda, es también expresión de las sonoridades de la vida.

Durante los días de exposición se desarrollaron visitas comentadas, y talleres, para la franja familiar, que está proyectada para todas las edades y en la cual se conversa a propósito de los sentipensamientos que se despiertan y evocan, el recorrido por la exposición. Como parte de los talleres, los visitantes realizan una creación colectiva haciendo uso de pinturas, en donde plasman mensajes que la obra les ha transmitido. Estas actividades estuvieron precedidas por procesos de formación al equipo de mediadores y anfitriones del Planetario, realizadas por María Fernanda Batanero, Mauricio Giraldo y Leidy Marcela Bravo Osorio.

Caminar por la obra del maestro Vivero nos deja impregnados de ese olor a verde, a húmedo, es la dulce insistencia de la vida que nos pasa por el cuerpo, por los ojos, por la piel, en una invitación al despertar americano, a la unidad y complementariedad entre las diversidades que somos. Una invitación a ser conocimiento que camina para el cuidado y recreación de la vida, a comprendernos parte del tejido de la selva, de la cordillera de los Andes, del vuelo del cóndor y del águila. Es así que somos parte de esta obra, somos la savia que recorre las plantas sagradas, somos por tanto, seres sagrados. Seres que nos alimentamos del maíz, de ese sol, padre nuestro que nos anima a la vida.

Cuando los niños que visitaron el Planetario de Bogotá, escuchan la obra, escuchan seres humanos que lloran y aves que cantan para endulzar sus corazones, para acompañarlos y con sus aleteos, secar sus lágrimas. Escuchan ranas que le cuentan historias a la luna, a esa madre que con su luz ilumina nuestros caminos, nuestras noches y días, por esta América que clama libertad. Son esos niños, quienes manifiestan que aunque no son pintores, ellos pintan! Son los más prestos a pintar sus emociones, a pintar esas sensibilidades que despierta el conocimiento de la obra.

Gracias maestro Al.vivero por la invitación a viajar por la ancestralidad que nos conforma, gracias por dejarnos estos portales de conexión con la diversidad biocultural, por volver a pasar por nuestros corazones el fuego de la relacionalidad, de la reciprocidad, ese don de dar y recibir, de compartir alimento, de compartir conocimiento de vida, para seguir caminando y a nuestro paso sembrar semillas de inmensidad, de cuidado y bondad. Gracias por tu humildad, gracias por tu mano amiga que sostiene en su pincel las raíces de la selva, de la montaña, gracias por tu mensaje sanador, por la posibilidad de ver el amor que nos habita, que tantos quieren que olvidemos.

La exposición de la obra del maestro Al.vivero, (9 al 24 de noviembre de 2019), estuvo precedida por la creación de piezas audiovisuales y un programa radial, como estrategias de difusión del evento.

 

 

Agradecemos a todos aquellos que aportaron para hacer realidad este sueño, Alejandro Vivero Cruz, Luz Stella Cruz, Edward Mesa, María Fernanda Batanero, Arnulfo Ardila, Mauricio Giraldo, Ivan León e IDARTES – Planetario de Bogotá.


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